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Las manualidades son excelentes actividades para que los más pequeños pongan en marcha su creatividad y su inspiración. Se necesitan pocos materiales y son muy económicos. A cambio, los niños podrán disfrutar de horas de entretenimiento, tanto en casa como en el colegio. A continuación, nos adentramos en el mundo de las manualidades: los materiales imprescindibles para ponerse en marcha y sus ventajas.  


Los materiales de las manualidades


Entre los materiales más habituales, podemos encontrar la goma eva, el fieltro y las cartulinas de colores. Son básicos imprescindibles para crear figuras, máscaras y todo lo que se nos ocurra. La purpurina es una aliada perfecta para los toques de decoración. No pueden faltar rotuladores de colores para pintar; pegamento en barra o silicona, para fijar las distintas piezas; palos de helado, para crear estructuras o como elementos de fijación. El limpiapipas se ha puesto de moda en los últimos años. Se trata de un hilo fino de alambre recubierto de chenilla de colores, perfecto para modelar y crear figuras, al igual que los minipompones para decorar. Por supuesto, la plastilina o la arcilla son fundamentales para modelar. La lista de materiales es casi tan infinita como la imaginación para crear.


Todas sus grandes ventajas 


La mayoría de pedagogos y expertos en psicología infantil coinciden en la importancia de este tipo de actividades para estimular un gran número de habilidades. Trabajar con los niños en actividades manuales fomenta un gran número de habilidades. No solo estimula la creatividad, como decíamos al comienzo, sino que también les ayuda a trabajar la paciencia, la capacidad de atención o la psicomotricidad. A nivel social, mejora sus habilidades al colaborar con otros niños. Además, refuerza su autoestima, les ayuda a relajarse y regula los niveles de estrés. Por otro lado, realizar estas actividades en casa con los padres estrecha más los vínculos y se comparte tiempo en familia.

Veamos en detalle algunas de sus principales ventajas. 

Desarrollo de la imaginación y creatividad

Trabajar la creatividad desarrolla el lado derecho de nuestro cerebro. Este hemisferio es el principal responsable de la sensibilidad estética, las emociones, el concepto de lo abstracto y la visión espacial. Una actividad manual les ayuda a mostrar su lado artístico, a crear su mundo y a combinar lo imaginario con lo real. Crear sus propios juguetes con materiales reciclados (cajas de cartón, botellas de plástico) lleva implícito, además, un grado de satisfacción pues lo han creado con sus propias manos.


Refuerza la confianza en sí mismos  


Crear desde cero una manualidad les ayuda a creer en sí mismos. Se dan cuenta de que pueden hacerlo y el reto los estimula. Están creando algo con sus propias manos y habilidades. Lograr este pequeño objetivo para ellos es un gran triunfo del que sentirse orgullosos. Es importante que valoremos su esfuerzo y les reconozcamos su mérito. Es fundamental para generarles autoconfianza y seguridad. También les empuja a probar retos más difíciles, a plantearse objetivos cada vez más altos. Sin duda, es un reflejo de lo que experimentarán en sus vidas adultas.  

Planificación y resolución de problemas


La manualidad necesita una serie de pasos para que la podamos crear. Los niños aprenden a seguir los pasos, a planificar con antelación qué deben hacer y en qué orden. Si se encuentran con alguna dificultad en el proceso, deberán resolverla mediante su ingenio y experiencia.     

Entre los beneficios físicos, tenemos:

Trabajan la coordinación


Una de las grandes ventajas de estas actividades es que les obliga a mejorar su coordinación. Pintar, recortar, pegar o modelar necesita de sus habilidades manuales. Así, aprenden a desarrollar movimientos, a ser conscientes de su cuerpo y a interactuar con el entorno. Realizar un diseño con goma eva o cartón, les obliga a utilizar sus manos constantemente con las tijeras o el rotulador, a trabajar de manera coordinada y utilizar todos sus sentidos.  

Fomentan la motricidad


Muchas de las actividades como recortar piezas pequeñas o pegarlas ponen a prueba la motricidad fina, es decir, los movimientos pequeños y más precisos. Fomentar estas cualidades es importante en las edades más tempranas. Colorear o recortar las zonas delimitadas en un papel sin salirse o poner la cantidad justa de pegamento son formas divertidas de estimular la motricidad.

Y, por último, entre los beneficios sociales, podemos destacar:

Trabajar en equipo


Sin duda, se trata de una de las habilidades más importantes que los niños deben desarrollar desde bien pequeños. Comenzar con trabajos manuales es una buena forma de aprender a relacionarse en sociedad. Los niños entienden que, para lograr un proyecto en común, deben trabajar en equipo y coordinados. Por otro lado, realizar un proyecto manual en familia contribuye a estrechar más los vínculos familiares entre padres, hijos y hermanos. Un tiempo juntos inestimable y una forma genial de pasar una tarde en casa.  

Hasta aquí nuestro breve repaso por el mundo de las manualidades y sus beneficios para que los niños desarrollen sus habilidades creativas y sociales.